1-3. El Córdoba CF recibe un excesivo castigo del Deportivo de La Coruña

El Arcángel presentaba sus mejores galas para un duelo con aroma de primera línea. Córdoba CF y Deportivo de La Coruña se medían en un choque de aspiraciones altas, estructuras reconocibles y dos de los equipos más en forma de la categoría. Y sin embargo, el fútbol volvió a demostrar que, a veces, la diferencia entre mandar y ganar es tan fina como cruel. El Córdoba firmó una primera parte extraordinaria, confirmó su identidad en la reanudación… pero acabó cayendo ante un Dépor que necesitó muy poco para llevarse un partido que jamás controló.

Un Córdoba imperial sin premio

El encuentro arrancó exactamente como lo había imaginado Iván Ania: presión alta, ritmo alto y una convicción absoluta para imponer su plan. El Córdoba mordió arriba desde el primer pase del Dépor, obligando a los gallegos a jugar incómodos, sin salida limpia y, sobre todo, sin continuidad. El Depor no encontraba triángulos, no hallaba a Yeremay ni a Lucas en zonas de ventaja y se veía una y otra vez obligado a rifar el balón.

Pese a las bajas, tres en defensa más la lesión de Fomeyem durante la propia primera mitad— el Córdoba se mostró sólido, compacto y formidable en las ayudas. Cerró las líneas interiores con una autoridad impropia de un equipo tan castigado en su línea defensiva. El dominio territorial fue absoluto: el balón vivió en campo deportivista, y los gallegos parecieron por momentos un equipo menor, sometidos y sin respuestas.

Solo faltó lo más difícil: transformar ese enorme despliegue en ocasiones claras. El Córdoba llegó, pisó área, ganó duelos… pero no terminó de afinar en el último tercio. Aun así, el 0-0 al descanso dejaba sensaciones diametralmente opuestas: para el Dépor, un alivio; para el Córdoba, la confirmación de su mejor primera parte de la temporada.

Tres golpes, dos polémicas y un castigo excesivo

La reanudación mantuvo la misma dinámica… durante un cuarto de hora. El Córdoba seguía siendo mejor, seguía instalándose en campo contrario y seguía obligando al Dépor a defender más que atacar. Pero el encuentro cambió de signo en cuanto el conjunto herculino logró por primera vez superar la presión cordobesista. Un pequeño respiro bastó para girar el partido.

Fue en una acción aislada, justo cuando el Dépor empezaba a hilvanar su primera posesión larga. Yeremay, con un pase filtrado de muchísima calidad, rompió líneas y dejó a Quagliata con espacio. El uruguayo no perdonó: latigazo, larguero y dentro. 0-1 y jarro de agua fría para un Córdoba que estaba siendo superior en todo.

La respuesta blanquiverde fue ejemplar. A los cinco minutos, Carracedo replicó la jugada del gol deportivista: condujo, esperó, rompió con un caño y filtró un pase de categoría hacia Carlos Isaac. El extremeño apareció desde segunda línea y la puso rasa al corazón del área. El remate final no llegó desde un cordobesista, sino desde Noubi, que se introdujo el balón en su propia portería al intentar despejar. 1-1 y El Arcángel rugía.

Pero ahí apareció uno de los momentos que condicionaron el duelo. En el minuto 75, el árbitro señaló penalti por un agarrón discutido en el área. El VAR tardó varios minutos en revisarlo, prueba de lo fina que era la acción. Ambos jugadores se sujetaban, pero la decisión cayó —otra vez— del mismo lado: en contra del Córdoba. Una tónica demasiado habitual cuando la jugada admite interpretación. El Dépor no falló desde los once metros y recuperó la ventaja.

Con el marcador adverso y con inferioridad tras la expulsión previa, el Córdoba se mantuvo firme y generó peligro real para empatar. Jaime, Bri e incluso Carracedo rozaron el 2-2. El equipo, incluso con diez, fue más valiente que un Dépor replegado y agazapado. Pero el fútbol es cruel: en el tramo final, una contra en solitario de Mella puso el 1-3 definitivo con una definición impecable.

Una derrota que escuece… pero que refuerza la identidad

El Córdoba cayó en un partido que dominó durante más de una hora, que igualó con coraje y que intentó disputar hasta el último suspiro. El Dépor ganó por pegada y por eficacia en las áreas. El Córdoba perdió por detalles, decisiones polémicas y un castigo excesivo para lo que se vio en el campo.

La racha se corta, sí. Pero la identidad, la competitividad y la ambición siguen de pie.

FICHA TÉCNICA

CÓRDOBA CF, 1: Iker Álvarez; Carlos Isaac, Fomeyem (Xavi Sintes, 25'), Rubén Alves, Álex Martín; Isma Ruiz, Requena; Carracedo (Guardiola, 79'), Théo Zidane (Diego Bri, 65'), Jacobo; y Adri Fuentes.

RC DEPORTIVO DE LA CORUÑA, 3: Germán Parreño; Noubi, Arnau Comas (Dani Barcia, 46'), Loureiro; Luismi Cruz (Mella, 78'), Mario Soriano, José Ángel Jurado (Gragera, 85'), Villares, Quagliata; Yeremay y Zakaria Eddahchouri (Mulattieri, 78').

ÁRBITRO: Álvaro Moreno Aragón (Comité Madrileño), con Pablo González Fuertes (Comité Asturiano) en el VAR. Mostró cartulina amarilla a los locales Fomeyem (20'), Requena (21'), Isma Ruiz (39'), Jacobo (39') Ruben Alves (54'); así como a los visitantes Arnau Comas (7'), Zakaria Eddahchouri (34'), Loureiro (40') y Villares (83'). Rubén Alves fue expulsado con tarjeta roja directa (73').

GOLES: 0-1, Quagliata (60'). 1-1, Noubi en p.p. (67'). 1-2, Yeremay de p. (75'). 1-3, David Mella (98').

INCIDENCIAS: Encuentro correspondiente a la decimocuarta jornada de La Liga Hypermotion, disputado en el Estadio Bahrain Victorious Nuevo Arcángel ante 17.123 espectadores. Se guardó un minuto de silencio antes del encuentro por el fallecimiento de Claudio Ripoll, expresidente del Córdoba CF; y de 'Juanetes', jugador del Córdoba CF Genuine

CRÓNICA: Álvaro Valero FOTO: Diario Córdoba