1-2. Una tarde gris en lo emocional y en lo futbolístico
- redaccionelremate

- 10 nov
- 2 Min. de lectura

En la Ciudad Deportiva, antes de que el balón echara a rodar, el fútbol se detuvo. Se guardó un respetuoso minuto de silencio en memoria del padre de Yanire, capitana del Córdoba CF Femenino. Una tarde fría, silenciosa y difícil para el vestuario blanquiverde. Desde El Remate, reiteramos nuestro más sincero pésame a ella y a su familia.
Era inevitable que el partido naciera con un nudo en la garganta y con el ambiente cargado. Y quizás por eso, por esa mezcla de emociones y tensión contenida, el encuentro se convirtió desde los primeros minutos en un ejercicio de paciencia. Ni ritmo, ni continuidad, ni demasiadas ideas claras. Mucho orden, poco vértigo.
El Córdoba pega primero, pero no encuentra continuidad
En el tramo inicial, lo mejor que ofreció el equipo de Sergio Guillén fue su capacidad para enlazar pases en corto y encontrar superioridades entre líneas. De una de esas combinaciones nació el 1-0. Lorena habilitó un envío tenso al corazón del área; Carmela, generosa y lista, encaró a la guardameta intentando buscar ángulo, y tras el rechace, Elena apareció con inteligencia para empujar el balón al fondo de la red. Un gol de oportunista, de estar donde hay que estar.
La posibilidad de ampliar distancias llegó también en los primeros 45 minutos. Penalti a favor del Córdoba, responsabilidad para Lorena Guillén. Su lanzamiento, centrado, fuerte, fue adivinado por la guardameta nazarí, que adivinó la intención y mantuvo a su equipo en el partido. Ese error pesó más de lo que parecía en el ánimo general.
Un segundo tiempo espeso y con castigo
Tras el descanso, el plantel no cambió demasiado: poco ritmo, mucha disputa, demasiadas imprecisiones. El Granada Femenino B, ordenado y paciente, peleó cada balón dividido y esperó su momento. Y lo encontró.
En una acción embarullada dentro del área blanquiverde, Success aprovechó un balón suelto para poner el 1-1. Un tanto que cayó como jarro de agua fría sobre un Córdoba que no terminaba de encontrarse.
Pasaban los minutos y el encuentro se iba convirtiendo en un intercambio irregular de imprecisiones. Y cuando todo apuntaba a un reparto de puntos, Ana Martos apareció con un latigazo seco desde fuera del área que sorprendió a todas. Un 1-2 que dolió por la forma, por el momento y por lo poco que había hecho el Granada para merecerlo… pero que castigó la falta de claridad y contundencia del Córdoba.
Un final sin brillo, pero con aprendizaje
No hubo reacción. No hubo coraje final como en otras jornadas. Fue una tarde gris, de esas que dejan poco para el recuerdo y mucho para la reflexión. El Córdoba CF Femenino no encontró su fútbol, y aún así estuvo a un penalti de dejar el partido encarrilado.
Lo mejor del encuentro, una vez más, estuvo lejos del balón: el apoyo mutuo entre las jugadoras, el respeto hacia su capitana y la unidad que se respiró pese a un resultado que duele. Con Sergio Guillén, el equipo ha demostrado tener personalidad y trabajo. Tarde o temprano, esa identidad volverá a traducirse en puntos.
Hoy tocó un paso atrás en lo futbolístico… pero un paso adelante en compromiso y unión. Y eso, a la larga, también suma.
CRÓNICA: Álvaro Valero FOTOS: Antonio Quintero



































.jpg)
.jpg)












Comentarios