¿Qué Córdoba Patrimonio vamos a ver esta temporada?
- redaccionelremate
- 6 ago 2024
- 4 Min. de lectura

El Córdoba Patrimonio de la Humanidad ha tenido que reinventarse una vez más. A las salidas de jugadores diferenciales como Zequi, Lucas Perin, Muhammad o Pulinho se ha sumado la marcha de Josan González, entrenador los últimos cuatro cursos y el gran artífice de que el club se haya asentado en la élite. Para paliar estas salidas se han incorporado hasta ocho jugadores: Pablo del Moral, Gui Santos, Lluc Parera, Murilo Duarte, Felipe Echevarría, Álex Bernal, Juanan y Tiago Macedo. Además, para suceder a Josan se ha optado por la decisión más lógica: su segundo, el argentino Ema Santoro. El análisis de los jugadores por separado ya fue realizado en un artículo anterior. En este nos vamos a centrar en tratar de determinar cómo podría jugar el conjunto blanquiverde el próximo curso, en función a las características de los jugadores y del entrenador.
Sin duda, la pieza angular del proyecto es Ema Santoro. El técnico argentino ya fue segundo de Josan los cursos 21-22 y 23-24, los dos mejores del club en Primera. De él podemos destacar que es un enamorado del análisis. Como él mismo ha dicho en varias entrevistas, madrugaba para poder ver partidos de la liga española, incluso lidiando con la diferencia horaria entre Argentina y España. Es por ello que muy posiblemente veremos a un Córdoba versátil, que no maneje un solo estilo, y que busque adaptar su juego al rival para poder hacerle el máximo daño posible. Ema Santoro se centrará durante la semana de partido en darle herramientas al jugador para buscar los puntos débiles del adversario. Otra posible característica de este Córdoba 24-25 puede ser la pizarra en el balón parado. Santoro también es un apasionado de la táctica, e insistirá mucho en ser un equipo ordenado para defender las jugadas del rival y creativo en las propias. Esto también puede estar ligado, en cierta parte, al estudio del rival. Por último, quienes conocen a Santoro saben de su talante enérgico, que él ha comentado muchas veces que le gusta verlo reflejado en sus equipos. Por tanto, es muy probable ver a un Córdoba alegre, ganador de duelos, que consiga “enchufar” rápidamente a la grada.

La segunda parte de este artículo se va a centrar en los jugadores. Aunque Ema Santoro siempre busca un contexto favorable para el futbolista y crear un ambiente en el que pueda desarrollar sus virtudes y limitar los defectos, está claro que cada jugador tiene sus características propias, y de ellas dependerá en gran parte el juego de este nuevo Córdoba Patrimonio de la Humanidad. Bajo mi punto de vista, vamos a ver a un Córdoba más protagonista con balón que el año pasado. En primer lugar se debe al cambio de Josema por Pablo del Moral, un cierre mucho más “fino” con el balón. Es más, las cualidades de la mayoría de los alas de este Córdoba no son el desborde, sino la inteligencia sobre la pista y la excelente capacidad de combinación. Estos son los casos de Lluc, Arnaldo Báez, Murilo Duarte o Álex Bernal. Sí es cierto que Echevarría o Tiago Macedo pueden ser un perfil más similar a los Lucas Perin o Pulinho, pero también es que solo igualar el nivel de estos el curso anterior es muy complicado. Por ello pienso que el Córdoba va a ser un equipo que crezca con la pelota, más que desarrollando un juego directo en el que dependa de las individualidades de uno o dos jugadores (aunque esto no quiere decir que en algún momento podamos verlas).
De hecho, es esperable que al tener solo dos pívots puros (Kaué y Juanan), al contrario que el año pasado donde habia tres (el propio Kaué, Muhammad y Guilherme), en ciertas rotaciones podamos ver un Córdoba utilizando un sistema de 4-0, es decir, cuatro alas, sin pívots ni cierres. Esto ya lo vimos en el curso 22-23, donde muchas veces coincidían en pista Zequi, Pablo del Moral, Viana y Lucas Perin. Esta mayor capacidad de ser protagonista que vislumbro en el Córdoba no quita que en ciertos momentos pueda entregar la iniciativa al rival, pues tiene también futbolistas sólidos atrás, buenos en el marcaje de pívots y ganadores de duelos, como Mykytiuk y Mareco. También es interesante comentar que este año el cuadro califal tendrá un pívot zurdo, Juanan, y otro diestro, Kaué, lo que puede abrir más vías a la hora de elegir, en función de qué marcador esté jugando en el equipo rival, en un momento concreto.
Otra apreciación es que es posible que veamos a un Córdoba menos irregular dentro de los partidos, con una rotación más equilibrada. Si hacemos memoria, el equipo andaluz tenía un quinteto titular muy definido: Fabio, Zequi, Lucas Perin, Pulinho y Muhammad. Pero en el momento de rotar podía tener ciertos momentos de depresión en los partidos, con jugadores menos protagonistas que no tenían ritmo de partido como Guilherme, Kenji o Josema. Las lesiones, muy habituales a lo largo del curso, tampoco ayudaron a paliar este defecto. Vislumbro un Córdoba más constante, en el que los futbolistas, a los que veo de un nivel más similar entre sí, se sientan todos importantes. Como último detalle, que podría ser casi innecesario aclarar, es que Santoro seguirá utilizando el recurso de la rotación entre Fabio y Víctor, en función de si el Córdoba tiene la posesión o la cede, lo que ya fue seña de identidad el curso anterior.
A modo de resumen, pienso que veremos a un Córdoba que dependerá menos de las individualidades, porque igual las tiene en menor cantidad, pero más capaz de tener la posesión, más “camaleónico” en función del adversario y muy intenso en los duelos y la presión. Aún sí, todo esto son elucubraciones, y no sabremos qué Córdoba veremos hasta que el balón no empiece a rodar.
ANÁLISIS: Rafa Renero FOTOS: Ernesto Aradilla

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