1-0. Los fantasmas del Córdoba CF en Olot reaparecen en Cieza

La Copa del Rey volvió a poner a prueba al Córdoba CF, y una vez más, el desenlace fue el mismo: la eliminación temprana. Bajo la fina lluvia que empapó el campo de La Arboleja, el conjunto blanquiverde se despidió del torneo tras caer por la mínima (1-0) ante un Cieza valiente, ordenado y con fe, que firmó una de las noches más memorables de su historia reciente. El equipo de Iván Ania, con una alineación repleta de rotaciones, nunca encontró el ritmo ni la frescura necesarios para imponer su superioridad, y terminó pagando caro un error en los instantes finales.

El gol de Rafa Ortiz, con un zurdazo que sorprendió a Carlos Marín, certificó la pesadilla copera de los califales, que vuelven a tropezar en la misma piedra un año después de su adiós en Olot.

Un once alternativo sin chispa

Ya lo había anunciado Ania en la previa: habría cambios. Y los hubo. El Córdoba saltó al sintético de La Arboleja con un once prácticamente inédito. Carlos Marín regresó a la portería, protegido por una defensa renovada con Xavi Sintes y Álex Martín en el eje, Dani Albuera en el lateral derecho, debutando con el primer equipo, y Marcelo Timorán en el izquierdo. En la medular, Del Moral, Pedro Ortiz y Jan Salas intentaron dar equilibrio y criterio, mientras que Kevin Medina y Diego Bri ocuparon las bandas, con Nikolai Obolskii como referencia ofensiva.

Enfrente, Ranko Despotovic optó por su once de gala, con Camacho, Domi y el veterano Taulemesse liderando las ofensivas. Desde el inicio, el Cieza dejó claro que no se conformaba con resistir. En apenas tres minutos, Camacho forzó la primera amarilla tras una acción que obligó a Álex Martín a frenarlo en falta. La intensidad local, unida al empuje de su afición, marcó el tono del arranque.

El conjunto murciano se adelantaba en cada duelo dividido, y cada balón largo encontraba incertidumbre en la zaga visitante. A los diez minutos, Adrián Aguirre ganó línea de fondo y centró con peligro, aunque sin rematador. Era el preludio de lo que sería una primera mitad incómoda para el Córdoba, que tardó un cuarto de hora en hilvanar su primera jugada de peligro. Jan Salas, tras un giro en la frontal, probó suerte con un disparo centrado que Álex Sánchez atrapó sin problemas.

El Cieza golpea primero... y mejor

La lesión de Taulemesse a los veinte minutos frenó por momentos el ímpetu local, pero el relevo de Ángel García mantuvo la intensidad. El Córdoba, poco a poco, empezó a ganar metros, empujado por la movilidad de Medina y la sobriedad de Sintes. Sin embargo, el cuadro ciezano siguió siendo el que más cerca estuvo del gol.

Domi fue el protagonista de la mejor ocasión de la primera mitad: un zurdazo seco al poste tras aprovechar una mala salida de balón. En el rechace, el propio atacante volvió a intentarlo, pero se topó con una mano salvadora de Carlos Marín. El susto sirvió de aviso. Del otro lado, Del Moral replicó con un disparo ajustado al filo del descanso, que se marchó rozando la madera.

El paso de los minutos y el peso del contexto

El segundo tiempo arrancó con un Cieza desatado. En apenas cinco minutos, los locales acumularon tres acercamientos peligrosos, empujados por su público y la sensación de que la gesta era posible. El Córdoba respondió con un libre directo de Pedro Ortiz que obligó a intervenir a Álex Sánchez, y poco después con una buena acción combinada entre Salas y Bri que no encontró premio.

A medida que avanzaban los minutos, los blanquiverdes parecían despertar de su letargo. Kevin Medina rozó el gol con una diagonal marca de la casa que acabó en un disparo cruzado fuera por centímetros. Xavi Sintes tuvo otra clara, cabeceando alto una falta lateral. El dominio visitante comenzaba a ser evidente, y Ania trató de romper el bloqueo con la entrada de Dalisson, buscando profundidad y desequilibrio por la izquierda.

El efecto fue inmediato. El hispano-brasileño firmó un par de internadas con peligro, una de ellas a punto de culminar en el gol que habría cambiado el rumbo del choque. Pero entre la ansiedad y la falta de precisión, el Córdoba volvió a diluirse en el tramo decisivo.

Rafa Ortiz y el golpe final

Cuando el encuentro parecía condenado a la prórroga, el destino volvió a ser cruel con los califales. En el minuto 83, un balón dividido cayó en la frontal, Rafa Ortiz se perfiló y soltó un zurdazo inapelable que se coló junto al poste de Marín. Estalló La Arboleja. El Cieza abrazaba su noche soñada, y el Córdoba veía cómo se repetía una historia que parecía ya escrita.

Los de Ania lo intentaron en los últimos minutos con más corazón que ideas, pero el marcador ya no se movió. La pitada final selló la eliminación y dejó a los andaluces fuera a las primeras de cambio, de nuevo ante un rival de categoría inferior.

Otra lección que duele

La derrota no solo duele por el resultado, sino por lo que representa. La Copa del Rey, que debía servir para reforzar la moral y dar minutos a los menos habituales, vuelve a convertirse en un espejo incómodo que refleja las carencias del equipo cuando se aleja de su once habitual.

El Córdoba CF prolonga así su maldición en el torneo del KO, encadenando un nuevo tropiezo que, más allá del orgullo herido, deja una reflexión en el aire: en el fútbol, la superioridad no se presupone, se demuestra. Y en La Arboleja, quien creyó más, ganó.

CRÓNICA: Álvaro Valero FOTO: DIario Córdoba